Desde siempre han existido los llamados Juegos de falda, que consisten en jugar con el bebé, bien de forma
espontánea o través de canciones tradicionales aprendidas. Cualquier momento
del día es bueno para juguetear con él: antes del baño, después de cambiarlo,
cuando ha terminado de comer…
Sea “inventado” por los padres o “aprendido de las abuelas” con estos juegos ayudamos al bebé en su
desarrollo. Los juegos de falda tradicionales incluyen canciones con letras, ritmo y ciertos movimientos de
partes del cuerpo (cinco lobitos, date date, aserrín aserrán…). A través de las
caricias, la música, el contacto, el ritmo facilitamos el desarrollo de nuevas
habilidades en el bebé:
- Estimulan el oído mediante la música y ayudan al desarrollo del ritmo
- Favorecen el vínculo entre padres y bebé
- Aprenden ritmos y movimientos, por lo que desarrolla su nivel cognitivo (memorizar qué debe hacer en cada momento de la canción) y su psicomotricidad.
- Dan seguridad al niño: el simple hecho de jugar con ellos les produce placer, les hace sentir que son importantes. Además, el poder “adivinar” lo que viene en el juego les da seguridad. Cuantas más veces repitas el juego, mejor se sentirá porque sabe lo que viene…
- Desarrolla el lenguaje: aprenden palabras aunque no las sepan decir: cuando cantamos la de cinco lobitos “sabe” que tiene que mover la mano, con lo que ha desarrollado la memoria y ha aprendido el significado de las palabras.
Todos los juegos de falda llevan consigo muchos componentes, entre los que podemos señalar los siguientes:
- Contacto visual
- Contacto físico entre al adulto y el bebé
- Movimientos más o menos complejos
- Música, ritmos, sonidos y palabras
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